Cansada de huir de los espejos vuelvo a ver mi imagen reflejada en tu mirada clara
A veces siento que algo dentro mío rompe las ataduras y vuela en vuelo libre y despojado
A veces solo siento un cuerpo inerte en caída libre
Y en ocasiones muy escasas estalla en torbellino, sin rumbo, sin frontera, sin tiempo
Es entonces cuando fugaces, estallan mis pupilas, la rosa de los vientos deja de marcar tu norte y solo apunta mi sur, es entonces cuando la nada ronda las calles hambrienta de todo y de nada.
Es cuando lo remoto se vuelve tan real que duele
y centenares de garras rasgan lo poco que queda de la que fui
Asumo la ausencia como un tiempo de silencios sonoros
Un tiempo de largas noches de ojos abiertos y miradas atentas
Un tiempo de sequía
un tiempo sin marcas, sin excusas, fuera de sitio,
un tiempo de huir de las fauces del miedo para emerger nueva, radiante, convertida en crisálida del oscuro hueco sin medida
Aquel de los días sin soles en donde acudía para ocultarme de mí
Cuando pienso en mi siento que me asomo a un abismo y camino por la afilada cornisa. Bajo mis pies mi cuerpo pierde su peso habitual y cae, irremediablemente al vacío
No respondo, no atino a hacer nada solo dejarme caer y caer, sentir sobre mi rostro el aire que va cortando mi cuerpo...nada me aleja más de mi, que yo misma
Cansada de amaneceres sin soles
de piel sin roce
de ojos sin lágrimas
Cansada de rondar como fantasma
Cansada de mirar sin querer ver y fingir ser lo que no soy… finalmente siento que un peso enorme se evapora de mis espaldas y cae al vacío, a mi lado
Ya nada tiene sentido solo la paz de la brisa en mis pupilas y un lejano aroma a jazmín que llega hasta mí y me embriaga
